viernes, 2 de julio de 2010

Dinámica de lo impensado

Así definía al fútbol un gran periodista argentino, Dante Panzeri. Es bueno recordarlo ahora, en este torneo híper tacticista, donde los antes frescos e irreverentes equipos africanos son dirigidos por rígidos y especuladores DTs europeos y Brasil , la última reserva del jogo bonito, por lo mas parecido a Bilardo que dió ese país. Dos hechos ocurridos en este torneo nos demuestran que aquélla sentencia de Panzeri no estaba tan descaminada. El primero ocurrió en el partido España-Portugal. Los españoles comenzaron muy bien, 15 minutos arrasadores, varios tiros al arco, pero no tuvieron suerte o justeza en la definición y Portugal, basado en su granítica defensa, lo empezó a controlar y, tímidamente, a contragolpear. España siguió en posesión del balón, pero ya no lastimaba. Xavi e Iniesta no podían filtrar esos pases que tan bien saber hacer, el niño Torres desapareció entre los centrales portugueses. Así terminó la primera parte y continuó en la segunda, Portugal se animaba cada vez más, los contraataques eran cada vez mas peligrosos. España tocaba y tocaba y tocaba...
Hasta que el DT del Bosque hizo un cambio inesperado, sacó a un pálido Torres (esto era lógico) y puso a Llorente, una especie de Palermo español, un tipo que no tiene nada que ver con el estilo de juego que practica esta selección, hasta físicamente es la contracara de sus compañeros. Si aquellos son bajos, ágiles, veloces, de contextura pequeña, él es alto, un poco torpe y algo lento. Y justamente por eso fue que destruyó toda la lógica que tenía el partido. Porque ahora España, además de llegar tocando, podía tirar centros. En su primera intervención Llorente se anticipó a Carvalho y Ricardo Costa y cabeceó al gol,propiciando una salvada milagrosa del arquero. Luego de esa acción la defensa portuguesa empezó a dudar, los españoles ya no eran el equipo previsible que tenían estudiado, ahora había un señor que les cabeceaba en el área chica. A su vez los volantes españoles se despabilaron de la modorra que su propio toqueteo les había provocado y, advirtiendo que los portugueses flaqueaban, volvieron a ser los de los primeros 15'. A los pocos minutos, una jugada extraordinaria les dio el gol que merecían, más por las intenciones que por lo que habían hecho en concreto. La mera presencia de un futbolista que no respondía al contexto del juego había cambiado el devenir del encuentro. Un saludo para el gran Llorente ( a quién el egoísta de Villa le tiró un solo centro, que también cabeceó y casi es gol), que despertó a sus compañeros y los puso en cuartos de final.
El segundo episodio ocurrió en Brasil-Holanda. Al finalizar el primer tiempo era el típico partido de Brasil en este mundial: golpeó de entrada y a partir de ahí dominó y controló el partido con suficiencia y tranquilidad. Los holandeses se esforzaban, intentaban, pero eran claramente inferiores, el único que lograba sacar a los brasileros de su impasibilidad era Robben. Brasil jugaba mejor, tuvo varias chances, pero no lo remató... .El 2º tiempo amagó con ser más de lo mismo, hasta que a los 8' Felipe Melo peinó hacia atrás un centro, Julio Cesar salió mal y Holanda se encontró con el empate. Fue el primer error grave que le ví a esta defensa en todo el mundial, pero fue suficiente. Como si no estuviesen preparados siquiera para cometer un error, los brasileños se derrumbaron, iban empatando 1 a 1, faltaban 40 minutos y parecía que perdían 3 a 0 y se terminaba el partido. Holanda tomó el control, convirtió el segundo gol, Felipe Melo pisó a Robben y se fue expulsado. Los pentacampeones, en vez de retomar las riendas del partido, se dedicaron a protestarle todo al árbitro, a atacar sin fé (es que su técnico Dunga los había programado solamente para contragolpear), a esperar un milagro de un Kaká lesionado o de un Robinho abrumado. Y así otra vez un hecho fortuito o inesperado desencadena una serie de reacciones que cambian el espíritu, la dirección, el destino, o como le quieran llamar, de un partido. Por suerte en el fútbol aún ocurren estas cosas y por eso es que nos seguimos sentando en la tribuna o frente a un televisor para ver por enésima vez un partido en el que creemos que ya sabemos todo lo que va a pasar.

2 comentarios:

  1. Increíble lo de Brasil, un partido que lo tenía dominado,estaba jugando bien, como se les fue de las manos el patido ?
    Me alegro por Dunga, igualmente si los jugadores de Brasil hubiesen puesto la mitad del empuje que le ponía Dunga en la cancha,no hubiese pasado lo que pasó con Holanda.No estaban preparados para ir perdiendo con un equipo serio, porque con EEUU, lo dieron vuelta arrolladoramente, en la Copa Confederaciones.

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  2. Felicitaciones al nuevo columnista invitado. Muy interesante el comentario. Yo de toda eso tan tecnico que explicaste, no entiendo mucho, Pabli. Pero si me doy cuenta de que es un deporte muy muy imprevisible. Es como el famoso efecto mariposa, un pequeñisimo error o variante puede desencadenar una serie de acontecimientos que determinen la victoria o la derrota, no solo de un partido, de un mundial enteroooo!!!
    Bueno, otro saludo enorme para vos y a ver cuando nos venis a visitar
    Vero

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